viernes, 9 de mayo de 2014

¿Fue marte el Padre Mujica? Por José María Sacheri

“¿ Fue mártir el Padre Mugica ?” ó

“El Padre Carlos Mugica, a 40 años de su muerte”, ó “Padre Carlos Mugica ¿ mártir ?” (o lo que te parezca)


 Por José María Sacheri

        El 11 de mayo de 1974 caía asesinado el sacerdote católico Carlos Mugica. Su personalidad es verdaderamente muy controvertida. Tal vez de las más discutidas de los últimos cincuenta años, porque tuvo un cambio muy importante en su actitud de vida, bastante poco tiempo antes de su muerte. Pero especialmente por que hay intereses políticos e ideológicos parciales y falsos para que “siga siendo” lo que no fue después de lo que perfectamente podemos llamar “su conversión”. Conversión que fundamos en un cambio radical de la defensa que él hizo de la violencia armada, como modo de conquista del poder para alcanzar una patria socialista; a la crítica de la violencia y defensa de la paz. Conversión a la prédica y ejemplo de la paz, y a la detestación de la violencia armada, aspecto frecuentemente silenciado por quienes se dicen sus defensores. La palabra “mártir” significa “testigo”. El que muere mártir es testigo de la fe católica. Y se considera que alguien alcanzó las palmas del martirio por haber sido testigo fiel de Dios en alguna modalidad que, incluso, puede llegar a ser la defensa de una virtud, que no necesariamente sea religiosa; como el caso de María Goretti, Mártir y Santa que murió por defender su virginidad y castidad, que es una virtud que excede claramente a la fe cristiana y anterior a ella. Claro, muchas veces la gente usa la palabra mártir en sentido análogo e impropio. Y muchísimas veces se invoca el término con sentido erróneo, como cuando se atribuye el martirio a alguien que murió por razones completamente ajenas a la fe cristiana, o a la virtud. Si nos atenemos a la generalidad de las manifestaciones respecto del P. Mugica, es nuestro caso. Mucha gente, incluyendo varios clérigos, -la mayoría sin tener una nimia idea de lo que es el martirio- le atribuye el martirio al P. Mugica por razones exactamente inversas a las que podrían permitir que hubiera alcanzado el martirio según nuestro modo de ver su vida. Y San Dimas, el buen ladrón que se arrepintió al ser crucificado junto a Jesús, nos marca el camino en ese sentido. 

         Una gran mayoría de la que predica el martirio de Carlos Mugica, también lo predica respecto de los padres Murias y Longueville (asesinados en 1976 por grupos militares en La Rioja, acusados de haber colaborado con grupos guerrilleros), como también se lo atribuyen a Mons. Angelelli de quien dicen injustificadamente que fue asesinado, cuando objetivamente no hay pruebas en ese sentido, más allá de que hubiese sido amenazado y hasta hubiesen existido actos preparatorios de su homicidio por parte de militares, o de la muerte de los sacerdotes palotinos, a manos policiales el 4 de julio de 1976 en evidente venganza por una bomba puesta por los Montoneros dos días antes y que mató a 24 personas. También se dice de varias otras personas que, aún cuando se probase que fueron efectivamente asesinados, no hay el más mínimo indicio de que hubiesen muerto por el odio a la fe de sus asesinos, que en ellos veían la encarnación de la fe, como es el caso de los mal llamados “Mártires de Trelew” (grupo de 16 guerrilleros muertos en la prisión naval de Trelew, el 22 de agosto de 1972, donde habían sido detenidos una semana antes, luego de fugarse del penal de Rawson, habiendo asesinado en su huída a Juan Gregorio Valenzuela del servicio penitenciario). 
       El P. Mugica pasó de predicar la violencia como modo de liberación de los oprimidos hasta mediados de 1973, a repudiar la violencia y cambiar sus ideales para transformarlos en pacíficos hasta su muerte. Sin embargo, éste no es el único aspecto relevante de su vida; casi todos controvertidos.

jueves, 8 de mayo de 2014

Herbert Marcuse: padre de la Nueva Izquierda. Sus apóstoles, su legado


Por Andrés Irasuste


"A través de las mujeres, uno puede usualmente operar mejor en el mundo (...) en mayor o menor medida ellos [los hombres] pueden ser conducidos al cambio por vanidad, curiosidad, sensualidad e inclinación". Johann Adam Weishaupt (pensador iluminista del siglo XVIII de origen judío,  fundador de los Illuminati)


Conjura en la República de Weimar:

          Herbert Marcuse nació en Alemania a fines del siglo XIX. Fue alumno de Martin Heidegger en la Universidad de Freiburg a fines de los años 20 ya en el siglo XX. Pero además, fue de los primeros integrantes de la Escuela de Frankfurt, uno de sus sacerdotes fundadores y "popes" intelectuales de esta corriente neomarxista que se prolonga hasta hoy. El investigador Martin Jay afirma que, sin la Escuela de Frankfurt, lisa y llanamente no podría entenderse la cultura de nuestro tiempo. Es que una de sus tantas consecuencias ha sido el surgimiento en el campo social y político de lo que se denomina la"corrección política" y la revolución sexual.

          Tal como observan Carena & Dávoli (2014), si bien este movimiento, esta corriente, emergió en los espacios académicos de Frankfurt, poco tenía que ver y poco representativa era de la cultura alemana de aquel momento y contexto, sino que más bien -hemos de decir nosotros- entonaba adecuadamente con la idiosincrasia política y cultural de la República de Weimar, con su gobierno neomarxista y "socialdemócrata" muy mal visto por gran parte de la población; gobierno al que se le atribuían inefables traiciones a la Nación alemana luego de la Primera Guerra mundial. Cabe destacar además, que la Escuela de Frankfurt nace emparentada con el Instituto británico Tavistock, una de las usinas (financiada por la gran banca) más prominentes donde se fabricarían diversas teorías y modelos de ingeniería y control social poblacional del siglo XX (dos prominentes figuras de la Psicología vinculadas al Tavistock fueron nada menos que  el psicoanalista Wilfred Bion y el psicólogo social Kurt Lewin).

           Marcuse fue uno de los más destacados discípulos de Heidegger, un joven que desde temprano destacó por su alto calibre intelectual, y a su vez fue aquel discípulo que se encargó de "llamar al orden" en público al filósofo alemán -a su propio maestro-  por las implicancias de éste último con el nacionalsocialismo. Con dedo inquisidor, Marcuse señalará a Heidegger (el filósofo más importante del siglo XX) ante la prensa y mediante cartas en tiempos de posguerra, empuñando -y respaldándose- el discurso de los Aliados. Y no podía ser de otra forma: además de su origen judío, el joven Marcuse triunfó en USA inmediatamente después de emigrar a ese país escapando del III Reich en los años 30, habiendo pasado antes por Ginebra y París. Heidegger nunca soñó que uno de sus mejores discípulos, quien dicho sea de paso asimiló muchos de sus planteos sobre "la técnica", los usaría, en el seno de la Escuela de Frankfurt, para amparar teórica y espiritualmente una de las máximas revoluciones de la posmodernidad, esto es, la revolución sexual y cultural de la Nueva Izquierda anglosajona. El triunfo de Marcuse en USA es dato conocido, pero existe otro dato no tan divulgado. Marcuse no triunfa de cualquier forma dentro de USA, sino que nada menos lo hace aceptando un puesto en laOficina de Servicios Estratégicos (OSS) fundada en medio de la guerra, lo cual será posteriormente la CIA.  Las tareas de Marcuse para este organismo de inteligencia durante la Segunda Guerra Mundial consistieron en asesoramiento sobre cuestiones concernientes a la Unión Soviética y Alemania, análisis ideológicos y de política exterior, así como contribuir al diseño de una guerra psicológica –desde la psicología social- en el contexto de la naciente Guerra Fría. (Schulz, 2013) Es decir, no estamos ante un cándido intelectual de escritorio, sino ante un agente de inteligencia que colaboró, primero, en la guerra contra Alemania, y posteriormente contra la Unión Soviética. No se trató de un intelectual orgánico de partido como lo fue Gramsci ni un escritor solitario dentro de una cabaña alpina como Nietzsche, sino de un "intelectual engranaje" de aparatos políticos y organizacionales que disputaban un modelo de civilización. No fue el único caso, sino que su colega, Theodor Adorno, fue conjurado por Rockefeller para formar parte del proyecto "Radio", proyecto que inauguraría en USA una interesante vanguardia de investigación experimental sobre comunicación y control social mediante los medios, que terminaría repercutiendo en la industria del cine, la TV y la industria discográfica. (Carena & Dávoli, 2014)

           Marcuse era de izquierda, pero ya veremos cuál es la izquierda marcusiana. Asimismo, no menor es el detalle de que estos programas de inteligencia, como ser también el Russian Institute de la Columbia University (en el cual Marcuse se desempeñó), recibían una fuerte financiación también del magnate Rockefeller. De hecho, al igual que en el caso de Theodor Adorno y otros "pioneros frankfurtianos", fue la agencia de Rockefeller aquella que se encargó de "mover los hilos" para colocar a estos jóvenes intelectuales brillantes en  puestos clave y estratégicos del aparato organizacional estadounidense. Luego de cumplir tareas de inteligencia y de desempeñarse en la Columbia University, escribe en los años 50 "Eros y civilización", y en los años 60 "El hombre unidimensional", probablemente sus obras más relevantes que fueron rápidamente asimiladas por la juventud contestataria del mundo rico y desarrollado.


Sociedades del capitalismo tardío:
         ¿Por qué decimos "nueva izquierda" cuando hablamos de Marcuse? El subtítulo de su obra "El hombre unidimensional" es precisamente: "ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada". Las juventudes francesas y alemanas, tras su regreso a Europa luego del Mayo del 68, lo aclamaron como su gurú, y le llamaron "padre de la nueva izquierda". Estamos ante un profeta espiritualmente proclamado por el Pueblo.
Carta Abierta al Nuncio Apostólico,
Monseñor Emil Paul Tscherrig,
en defensa del Dr. Antonio Caponnetto

A propósito de las acciones en su contra ejecutadas por Monseñor Eduardo Taussig



Buenos Aires, 2 de mayo del Año del Señor 2014,
Festividad de San Atanasio

Excelencia
Monseñor Emil Paul Tscherrig
Nuncio Apostólico de Su Santidad
De nuestra más alta consideración:

           Amigos y discípulos del Dr. Antonio Caponnetto firmamos esta Carta Abierta dirigida a Vuestra Excelencia, enterados del hostigamiento que Monseñor Eduardo Taussig le ha brindado en diversas y reiteradas ocasiones, siendo la última y reciente nada menos que el apercibimiento de “entredicho” según prevé el canon 1373.
Antonio Caponnetto es un reconocido laico católico que en el orden educativo, profesional e intelectual desarrolla, sin interrupción y hace más de 40 años, una tarea de predicación al servicio del Magisterio de la Santa Madre Iglesia, invariablemente unida al amor a su Patria, la Argentina.

         Maestro Normal Nacional, Profesor de Historia y Doctor en Filosofía, ha ejercido la docencia en todos los niveles de enseñanza; ocupó cargos directivos en la escolaridad media y asesorías pedagógicas en el ámbito universitario. Participó en Congresos, Seminarios, Jornadas, Paneles y Foros ligados a los temas de su competencia, recibiendo distintos testimonios de reconocimiento. Se dedicó a la investigación en forma personal primero y desde el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) después, habiendo trabajado –como investigador profesional, precisamente– en ámbitos especializados de las humanidades por espacio de 35 años, como por ejemplo en el Instituto Bibliográfico Antonio Zinny.

          Comenzó asimismo su actividad en el periodismo como secretario de redacción de la revista Cabildo, de la que ahora es director. Fundó la revista nacionalista-católica Memoria y colaboró en diversos medios de comunicación de similar orientación doctrinaria. Ha sido reconocido como Profesor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Guadalajara, México; fue miembro fundador de la Corporación de Científicos Católicos y colaborador de la revista Gladius, donde ha publicado algunos de sus escritos, compartiendo espacio con prestigiosos intelectuales, nacionales y extranjeros, tales como el Padre Alfredo Sáenz SJ, el filósofo Alberto Caturelli, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, el R.P. Cornelio Fabro (+), Monseñor
Adolfo Tortolo (+), Monseñor León Kruk, Monseñor José Canovai (+), el Cardenal Alfonso López Trujillo (+), etc.

         Dictó numerosas conferencias dentro y fuera del país, invitado por diversidad de organismos científicos, universitarios, militares y eclesiales. Escribió numerosos libros entre los que destacamos sus importantes obras pedagógicas, con las que hemos aprendido los principios rectores de la tarea docente.

         Ha enseñado las más altas verdades teológicas, filosóficas e históricas en innumerables conferencias, clases y cursos. Predicó responsablemente la doctrina de la Iglesia, siendo fiel a su bimilenario Magisterio; afirmó la obra evangelizadora de España en América como un verdadero apostolado, replicando a quienes pretenden ensuciar aquella gesta; defendió los orígenes hispanocatólicos de nuestra Patria; enseñó la importancia de la familia y preservó reciamente sus principios fundamentales, frente a los ataques de la cultura de la muerte; honró durante y después de la Guerra de Malvinas a los combatientes y a los héroes. Fue y es formador de muchas camadas de seminaristas y aun de sacerdotes; y algunos presbíteros lo refieren como autoridad en los temas de su especialidad.

         Se ha destacado en poesía, aunando el testimonio de la Verdad a la proclamación de la belleza; ante las agresiones que la Iglesia recibía de sus enemigos, Antonio Caponnetto se ha batido en innumerables ocasiones.

         Nosotros mismos podemos atestiguar cómo ha sido un permanente formador y tutor, no pudiendo menos que estar agradecidos por su inmensa tarea y profundamente dolidos e indignados por una medida de la naturaleza que pretende aplicar Monseñor Taussig.

         Antonio Caponnetto ha sido durante años uno de los pilares del pensamiento católico en la Argentina, sintetizando como pocos los atributos de Lucidez y Coraje. Querer sancionarlo canónicamente es sancionar lo que él representa: la defensa de la Verdad.