lunes, 27 de octubre de 2014

A propósito de la serie ¨Isabel¨, realizada por TVE

                                                            


Algunos días atrás, anoticiado de la existencia de esta serie y de algunas de las polémicas desatadas en España en torno a su estreno, me decidí por verla.

El augurio era bueno, pues dado el estado actual de las cosas, es decir, de la regencia de la dictadura del Pensamiento Único, el mero hecho de la tentativa de prohibición asomaba a priori cual señal inequívoca de un esfuerzo serio y objetivo de reconstrucción histórica. Abrigaba fundada esperanza de que, tal vez, sobreviviera en soledad e inadvertida alguna grieta en el sistema por cual pudiera filtrarse algún destello de sensatez.

Si bien es claro que los censores literarios del régimen se caracterizan por su diligencia e implacabilidad, no son completamente infranqueables. Poco pudieron hacer frente a resolutos y corajudos directores como Mel Gibson y Dean Wright, cuyas obras, si bien sometidas a la crítica más despiadada y luego sentenciadas al ostracismo más atroz, pudieron ver la luz; al menos por un instante.

sábado, 19 de julio de 2014

Reseña del libro: “1492. Fin de la barbarie, comienzo de la civilización en América”. Buenos Aires, Editorial Buen Combate, 2014.

            En el estudio de la Historia corresponde al historiador ocuparse de los hechos y, específicamente, de los hechos relevantes. No cualquier hecho es relevante sino solamente aquellos que por algún motivo hayan trascendido: aquellos que signifiquen algo y tengan un papel determinante en el curso de los acontecimientos. En el campo de éstos, están por ejemplo los datos “puros y duros”. Prácticamente, no ofrecen controversia alguna: fechas, nombres, lugares, etc. Son datos que –por lo general– no están sujetos a cuestionamiento sino que son, más bien, las bases para futuras reflexiones e investigaciones.

lunes, 9 de junio de 2014

Juan Pablo II y la Inquisición (PDF)

MEA CULPA: JUAN PABLO II Y LA INQUISICIÓN
(Capítulo primero que corresponde a la primera edición del libro ¨La Inquisición, un tribunal de misericordia, Editorial Vórtice, Buenos Aires, 2011)






Descargar y consultar el PDF en el siguiente enlace: https://www.dropbox.com/s/1z2eoqj2eyrq7e8/CapI.Inquisicion.pdf

jueves, 5 de junio de 2014

Breve sobre indios e indigenistas. Deshaciendo tópicos sobre los indígenas en Sudamérica. 

Por Alberto Buela[1]

Ya empezamos mal hablando de indios cuando lo políticamente correcto es hablar de aborígenes, término que viene del sufijo latino ab que indica procedencia, más el sustantivo origo-inis que significa origen, nacimiento. Cuando decimos aborigen nos queremos referir a alguien originario del suelo donde vive.
Aparece aquí la primera contradicción los indigenistas que se auto titulan con un término del latín como aborigen, en lugar del indio que es mucho más genuino y originario. Es verdad que nació de un error de Colón, pero eso es todo, no existió una manipulación ex profesa del término, como ocurrió y ocurre con el de aborigen.
Ahora bien en el caso de los aborígenes de la Patagonia y de la Pampa argentina no son originarios para nada, eso no es cierto, es una falsedad de toda falsedad. Los que hoy se denominan mapuches son un cuento, son un bluff, lo decimos en inglés porque la oficina política de estos “indios” está en Londres. Ellos llegan a La Pampa a partir de 1770 y eran pehuenches de Ranquil (hoy Chile) y se instalan en pleno cladenar (montes del Caldén) de la Pampa central, llamada también Mamil Mapu (país del monte). Vemos como estos indios son menos originarios que los criollos viejos de la Pampa. Y en la Patagonia, cuando invadieron por esa misma época, mataron a los tehuelches sus verdaderos habitantes originarios.
Sobre este tema se puede consultar el excelente artículo de Fredy Carbano Julio Argentino Roca y la gran mentira mapuche que está en Internet.
Es sabido que hoy día uno de los temas y asuntos más aprovechados políticamente por el progresismo, tanto de izquierda como liberal, es el del indigenismo.
No existe prácticamente ningún gobernante- nacional o provincial- de Nuestra América que no cante loas al mundo precolombino, a los indios, a los autóctonos, a los pueblos originarios.
Ni que decir de los militantes políticos del progresismo y los intelectuales del pensamiento único, el tema está comprado en bloque. Es como si una voz de orden venida del imperialismo yanqui dijera: “Así como para nosotros el único indio que vale es el indio muerto, para Uds. lo único valioso es: que todos sean o se declaren indios”.
Para apoyar este principio de dominación política y cultural nos han vendido, y nuestra intelligensia ha comparado, la teoría del multiculturalismo que hace pedazos la poca unidad nacional que hemos logrado luego de 500 años de existencia. Esta teoría ruin se expresa en el apotegma: la minorías tienen derechos por el sólo hecho de ser minorías, tenga o no algún valor lo suyo.
Mentiras indigenistas sobre Ceferino Namuncurá 

Por Federico Gastón Addisi


La decisión de la Iglesia Católica, a través de Su Santidad Benedicto XVI de declarar  Beato a Ceferino Namuncurá, durante el pasado año, dividió a la comunidad aborigen respecto de la opinión que este suceso les merecía.
Mientras gran parte de los aborígenes sintieron una profunda alegría, hubo otro sector que levantó las peores falacias históricas para denostar tan santo y feliz episodio. Como muestra de este último grupo se puede mencionar al Sr. Jorge Nahuel, titular de la Dirección de Pueblos Originarios de la Secretaría de Ambiente de la Nación y responsable de la Coordinadora de Organizaciones Mapuches. El mismo expresó hirientes y falsos argumentos en contra de la beatificación, que nos dan lugar a refutar por su intermedio, las mentiras indigenistas sobre nuestro querido Ceferino Namuncurá, como así también, señalar verdades que por el contrario se ocultan.
Sobre el tema dijo el nombrado Nahuel: “Para nosotros es un acto de manipulación del Vaticano: toman una figura simbólica para propaganda con una cosmovisión totalmente distinta del pueblo mapuche”, y consideró que Ceferino “es un símbolo de una persona arrancada de su tierra y su familia por la Iglesia, que lo terminó llevando a Roma, pero murió a los 18 años de tuberculosis, una de las enfermedades contagiadas a los pueblos originarios por soldados y misioneros”.
Hasta aquí la falacia indigenista, ahora la verdad histórica.
Primeramente debemos señalar que las investigaciones y observaciones que la Iglesia ha efectuado sobre la vida y obra de  Ceferino, son de muchos años atrás (luego de años de investigaciones eclesiásticas, en 1972 el Papa Pablo VI dictó el decreto de Heroicidad de Virtudes y declaró Venerable a Ceferino) y recién después de 35 años, en 2007, el Papa Benedicto XVI declaró a Ceferino Namuncurá Beato. El sentido común lleva a la conclusión de que por la seriedad y el tiempo que llevó la “manipulada” beatificación esta no fue tal sino un verdadero acto de amor y reconocimiento de parte de la Iglesia para con uno de sus hijos. Y si lo expuesto no basta, cabría preguntarle a los indigenistas que hablan de “manipulación” ¿por qué la Iglesia no declaró Santo a Ceferino en lugar de la “menos marketinera” figura de Beato?
El Indigenismo

Por Fernando Trujillo

Había querido abordar este tema desde hace tiempo pero por diversos motivos tuve que posponerlo,  este tema es muy delicado y suele confundirse el rechazo al indigenismo con el racismo, el “eurocentrismo” o el malinchismo—termino mexicano que deriva de la Malinche y significa preferencia por lo extranjero—no dudo que usen algunos de estos términos para atacar mi artículo o mi persona pero es una consecuencia lógica de abordar estos temas desde un punto de vista crítico.
El indigenismo es una corriente ideológica que idealiza a las culturas amerindias con lo armónico, lo puro y la armonía con el universo mientras que ve la herencia europea como malo, lo peor y fuente de toda calamidades y desgracias para los pueblos originarios—termino que voy a destrozar más adelante—el indigenismo entonces se reduce a culpar de todos los problemas socioeconómicos actuales y culturales a la herencia europea, así de sencillo, así de simplista.
América Hispana es una unión entre el elemento nativo, indígena y el elemento hispánico, europeo, el indigenismo es en este sentido desunión, separatismo, fomentar el odio, el populismo y el rencor. Los indigenistas tienen un profundo odio hacia el legado y sangre europea mientras que tergiversan el pasado prehispánico como una era idílica de felicidad y armonía.  El indigenista impulsa en la mente de los nativos la mentalidad del perdedor, es decir el eterno victimismo, el “fuimos conquistados”, el “pueblo oprimido” lo cual es un obstáculo para el avance de un pueblo.
Este victimismo político es la base principal de la corriente indigenista, culpar a los otros del atraso cultural y social en vez de aceptar responsabilidades como pueblo y buscar soluciones. Los indigenistas piden derechos tal cual limosnero pero no están dispuestos a luchar por ellos ni a aceptar responsabilidades, para ellos la ideología indigenista es un arma populista para poder tener derechos y privilegios gratis por encima del resto de la población. En este sentido el indigenismo es el equivalente del white supremacy y el black power de los Estados Unidos, la supremacía de un solo grupo sobre los demás.

viernes, 9 de mayo de 2014

¿Fue marte el Padre Mujica? Por José María Sacheri

“¿ Fue mártir el Padre Mugica ?” ó

“El Padre Carlos Mugica, a 40 años de su muerte”, ó “Padre Carlos Mugica ¿ mártir ?” (o lo que te parezca)


 Por José María Sacheri

        El 11 de mayo de 1974 caía asesinado el sacerdote católico Carlos Mugica. Su personalidad es verdaderamente muy controvertida. Tal vez de las más discutidas de los últimos cincuenta años, porque tuvo un cambio muy importante en su actitud de vida, bastante poco tiempo antes de su muerte. Pero especialmente por que hay intereses políticos e ideológicos parciales y falsos para que “siga siendo” lo que no fue después de lo que perfectamente podemos llamar “su conversión”. Conversión que fundamos en un cambio radical de la defensa que él hizo de la violencia armada, como modo de conquista del poder para alcanzar una patria socialista; a la crítica de la violencia y defensa de la paz. Conversión a la prédica y ejemplo de la paz, y a la detestación de la violencia armada, aspecto frecuentemente silenciado por quienes se dicen sus defensores. La palabra “mártir” significa “testigo”. El que muere mártir es testigo de la fe católica. Y se considera que alguien alcanzó las palmas del martirio por haber sido testigo fiel de Dios en alguna modalidad que, incluso, puede llegar a ser la defensa de una virtud, que no necesariamente sea religiosa; como el caso de María Goretti, Mártir y Santa que murió por defender su virginidad y castidad, que es una virtud que excede claramente a la fe cristiana y anterior a ella. Claro, muchas veces la gente usa la palabra mártir en sentido análogo e impropio. Y muchísimas veces se invoca el término con sentido erróneo, como cuando se atribuye el martirio a alguien que murió por razones completamente ajenas a la fe cristiana, o a la virtud. Si nos atenemos a la generalidad de las manifestaciones respecto del P. Mugica, es nuestro caso. Mucha gente, incluyendo varios clérigos, -la mayoría sin tener una nimia idea de lo que es el martirio- le atribuye el martirio al P. Mugica por razones exactamente inversas a las que podrían permitir que hubiera alcanzado el martirio según nuestro modo de ver su vida. Y San Dimas, el buen ladrón que se arrepintió al ser crucificado junto a Jesús, nos marca el camino en ese sentido. 

         Una gran mayoría de la que predica el martirio de Carlos Mugica, también lo predica respecto de los padres Murias y Longueville (asesinados en 1976 por grupos militares en La Rioja, acusados de haber colaborado con grupos guerrilleros), como también se lo atribuyen a Mons. Angelelli de quien dicen injustificadamente que fue asesinado, cuando objetivamente no hay pruebas en ese sentido, más allá de que hubiese sido amenazado y hasta hubiesen existido actos preparatorios de su homicidio por parte de militares, o de la muerte de los sacerdotes palotinos, a manos policiales el 4 de julio de 1976 en evidente venganza por una bomba puesta por los Montoneros dos días antes y que mató a 24 personas. También se dice de varias otras personas que, aún cuando se probase que fueron efectivamente asesinados, no hay el más mínimo indicio de que hubiesen muerto por el odio a la fe de sus asesinos, que en ellos veían la encarnación de la fe, como es el caso de los mal llamados “Mártires de Trelew” (grupo de 16 guerrilleros muertos en la prisión naval de Trelew, el 22 de agosto de 1972, donde habían sido detenidos una semana antes, luego de fugarse del penal de Rawson, habiendo asesinado en su huída a Juan Gregorio Valenzuela del servicio penitenciario). 
       El P. Mugica pasó de predicar la violencia como modo de liberación de los oprimidos hasta mediados de 1973, a repudiar la violencia y cambiar sus ideales para transformarlos en pacíficos hasta su muerte. Sin embargo, éste no es el único aspecto relevante de su vida; casi todos controvertidos.

jueves, 8 de mayo de 2014

Herbert Marcuse: padre de la Nueva Izquierda. Sus apóstoles, su legado


Por Andrés Irasuste


"A través de las mujeres, uno puede usualmente operar mejor en el mundo (...) en mayor o menor medida ellos [los hombres] pueden ser conducidos al cambio por vanidad, curiosidad, sensualidad e inclinación". Johann Adam Weishaupt (pensador iluminista del siglo XVIII de origen judío,  fundador de los Illuminati)


Conjura en la República de Weimar:

          Herbert Marcuse nació en Alemania a fines del siglo XIX. Fue alumno de Martin Heidegger en la Universidad de Freiburg a fines de los años 20 ya en el siglo XX. Pero además, fue de los primeros integrantes de la Escuela de Frankfurt, uno de sus sacerdotes fundadores y "popes" intelectuales de esta corriente neomarxista que se prolonga hasta hoy. El investigador Martin Jay afirma que, sin la Escuela de Frankfurt, lisa y llanamente no podría entenderse la cultura de nuestro tiempo. Es que una de sus tantas consecuencias ha sido el surgimiento en el campo social y político de lo que se denomina la"corrección política" y la revolución sexual.

          Tal como observan Carena & Dávoli (2014), si bien este movimiento, esta corriente, emergió en los espacios académicos de Frankfurt, poco tenía que ver y poco representativa era de la cultura alemana de aquel momento y contexto, sino que más bien -hemos de decir nosotros- entonaba adecuadamente con la idiosincrasia política y cultural de la República de Weimar, con su gobierno neomarxista y "socialdemócrata" muy mal visto por gran parte de la población; gobierno al que se le atribuían inefables traiciones a la Nación alemana luego de la Primera Guerra mundial. Cabe destacar además, que la Escuela de Frankfurt nace emparentada con el Instituto británico Tavistock, una de las usinas (financiada por la gran banca) más prominentes donde se fabricarían diversas teorías y modelos de ingeniería y control social poblacional del siglo XX (dos prominentes figuras de la Psicología vinculadas al Tavistock fueron nada menos que  el psicoanalista Wilfred Bion y el psicólogo social Kurt Lewin).

           Marcuse fue uno de los más destacados discípulos de Heidegger, un joven que desde temprano destacó por su alto calibre intelectual, y a su vez fue aquel discípulo que se encargó de "llamar al orden" en público al filósofo alemán -a su propio maestro-  por las implicancias de éste último con el nacionalsocialismo. Con dedo inquisidor, Marcuse señalará a Heidegger (el filósofo más importante del siglo XX) ante la prensa y mediante cartas en tiempos de posguerra, empuñando -y respaldándose- el discurso de los Aliados. Y no podía ser de otra forma: además de su origen judío, el joven Marcuse triunfó en USA inmediatamente después de emigrar a ese país escapando del III Reich en los años 30, habiendo pasado antes por Ginebra y París. Heidegger nunca soñó que uno de sus mejores discípulos, quien dicho sea de paso asimiló muchos de sus planteos sobre "la técnica", los usaría, en el seno de la Escuela de Frankfurt, para amparar teórica y espiritualmente una de las máximas revoluciones de la posmodernidad, esto es, la revolución sexual y cultural de la Nueva Izquierda anglosajona. El triunfo de Marcuse en USA es dato conocido, pero existe otro dato no tan divulgado. Marcuse no triunfa de cualquier forma dentro de USA, sino que nada menos lo hace aceptando un puesto en laOficina de Servicios Estratégicos (OSS) fundada en medio de la guerra, lo cual será posteriormente la CIA.  Las tareas de Marcuse para este organismo de inteligencia durante la Segunda Guerra Mundial consistieron en asesoramiento sobre cuestiones concernientes a la Unión Soviética y Alemania, análisis ideológicos y de política exterior, así como contribuir al diseño de una guerra psicológica –desde la psicología social- en el contexto de la naciente Guerra Fría. (Schulz, 2013) Es decir, no estamos ante un cándido intelectual de escritorio, sino ante un agente de inteligencia que colaboró, primero, en la guerra contra Alemania, y posteriormente contra la Unión Soviética. No se trató de un intelectual orgánico de partido como lo fue Gramsci ni un escritor solitario dentro de una cabaña alpina como Nietzsche, sino de un "intelectual engranaje" de aparatos políticos y organizacionales que disputaban un modelo de civilización. No fue el único caso, sino que su colega, Theodor Adorno, fue conjurado por Rockefeller para formar parte del proyecto "Radio", proyecto que inauguraría en USA una interesante vanguardia de investigación experimental sobre comunicación y control social mediante los medios, que terminaría repercutiendo en la industria del cine, la TV y la industria discográfica. (Carena & Dávoli, 2014)

           Marcuse era de izquierda, pero ya veremos cuál es la izquierda marcusiana. Asimismo, no menor es el detalle de que estos programas de inteligencia, como ser también el Russian Institute de la Columbia University (en el cual Marcuse se desempeñó), recibían una fuerte financiación también del magnate Rockefeller. De hecho, al igual que en el caso de Theodor Adorno y otros "pioneros frankfurtianos", fue la agencia de Rockefeller aquella que se encargó de "mover los hilos" para colocar a estos jóvenes intelectuales brillantes en  puestos clave y estratégicos del aparato organizacional estadounidense. Luego de cumplir tareas de inteligencia y de desempeñarse en la Columbia University, escribe en los años 50 "Eros y civilización", y en los años 60 "El hombre unidimensional", probablemente sus obras más relevantes que fueron rápidamente asimiladas por la juventud contestataria del mundo rico y desarrollado.


Sociedades del capitalismo tardío:
         ¿Por qué decimos "nueva izquierda" cuando hablamos de Marcuse? El subtítulo de su obra "El hombre unidimensional" es precisamente: "ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada". Las juventudes francesas y alemanas, tras su regreso a Europa luego del Mayo del 68, lo aclamaron como su gurú, y le llamaron "padre de la nueva izquierda". Estamos ante un profeta espiritualmente proclamado por el Pueblo.
Carta Abierta al Nuncio Apostólico,
Monseñor Emil Paul Tscherrig,
en defensa del Dr. Antonio Caponnetto

A propósito de las acciones en su contra ejecutadas por Monseñor Eduardo Taussig



Buenos Aires, 2 de mayo del Año del Señor 2014,
Festividad de San Atanasio

Excelencia
Monseñor Emil Paul Tscherrig
Nuncio Apostólico de Su Santidad
De nuestra más alta consideración:

           Amigos y discípulos del Dr. Antonio Caponnetto firmamos esta Carta Abierta dirigida a Vuestra Excelencia, enterados del hostigamiento que Monseñor Eduardo Taussig le ha brindado en diversas y reiteradas ocasiones, siendo la última y reciente nada menos que el apercibimiento de “entredicho” según prevé el canon 1373.
Antonio Caponnetto es un reconocido laico católico que en el orden educativo, profesional e intelectual desarrolla, sin interrupción y hace más de 40 años, una tarea de predicación al servicio del Magisterio de la Santa Madre Iglesia, invariablemente unida al amor a su Patria, la Argentina.

         Maestro Normal Nacional, Profesor de Historia y Doctor en Filosofía, ha ejercido la docencia en todos los niveles de enseñanza; ocupó cargos directivos en la escolaridad media y asesorías pedagógicas en el ámbito universitario. Participó en Congresos, Seminarios, Jornadas, Paneles y Foros ligados a los temas de su competencia, recibiendo distintos testimonios de reconocimiento. Se dedicó a la investigación en forma personal primero y desde el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) después, habiendo trabajado –como investigador profesional, precisamente– en ámbitos especializados de las humanidades por espacio de 35 años, como por ejemplo en el Instituto Bibliográfico Antonio Zinny.

          Comenzó asimismo su actividad en el periodismo como secretario de redacción de la revista Cabildo, de la que ahora es director. Fundó la revista nacionalista-católica Memoria y colaboró en diversos medios de comunicación de similar orientación doctrinaria. Ha sido reconocido como Profesor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Guadalajara, México; fue miembro fundador de la Corporación de Científicos Católicos y colaborador de la revista Gladius, donde ha publicado algunos de sus escritos, compartiendo espacio con prestigiosos intelectuales, nacionales y extranjeros, tales como el Padre Alfredo Sáenz SJ, el filósofo Alberto Caturelli, el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, el R.P. Cornelio Fabro (+), Monseñor
Adolfo Tortolo (+), Monseñor León Kruk, Monseñor José Canovai (+), el Cardenal Alfonso López Trujillo (+), etc.

         Dictó numerosas conferencias dentro y fuera del país, invitado por diversidad de organismos científicos, universitarios, militares y eclesiales. Escribió numerosos libros entre los que destacamos sus importantes obras pedagógicas, con las que hemos aprendido los principios rectores de la tarea docente.

         Ha enseñado las más altas verdades teológicas, filosóficas e históricas en innumerables conferencias, clases y cursos. Predicó responsablemente la doctrina de la Iglesia, siendo fiel a su bimilenario Magisterio; afirmó la obra evangelizadora de España en América como un verdadero apostolado, replicando a quienes pretenden ensuciar aquella gesta; defendió los orígenes hispanocatólicos de nuestra Patria; enseñó la importancia de la familia y preservó reciamente sus principios fundamentales, frente a los ataques de la cultura de la muerte; honró durante y después de la Guerra de Malvinas a los combatientes y a los héroes. Fue y es formador de muchas camadas de seminaristas y aun de sacerdotes; y algunos presbíteros lo refieren como autoridad en los temas de su especialidad.

         Se ha destacado en poesía, aunando el testimonio de la Verdad a la proclamación de la belleza; ante las agresiones que la Iglesia recibía de sus enemigos, Antonio Caponnetto se ha batido en innumerables ocasiones.

         Nosotros mismos podemos atestiguar cómo ha sido un permanente formador y tutor, no pudiendo menos que estar agradecidos por su inmensa tarea y profundamente dolidos e indignados por una medida de la naturaleza que pretende aplicar Monseñor Taussig.

         Antonio Caponnetto ha sido durante años uno de los pilares del pensamiento católico en la Argentina, sintetizando como pocos los atributos de Lucidez y Coraje. Querer sancionarlo canónicamente es sancionar lo que él representa: la defensa de la Verdad.

sábado, 19 de abril de 2014

Felipe Pigna: otro agente criollo de la CommonWealth

Por Cristian Rodrigo Iturralde



Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos


               Si bien para la historiografía académica y científica seria el autor de marras pertenece a un género que podríamos calificar de personajes menores (vocero circunstancial de la Historia Oficial), nos vemos forzados a traerlo a esta disputa –si más no sea sucintamente-, puesto que, ayudado por los mass media, ha logrado esparcir sus desvaríos y errores por doquier, logrando estado público.
           Lo peligrosidad de autores como el recién mentado no reside propiamente, tanto, en la difusión de una Historia sesgada y tergiversada –pues, embusteros, lamentablemente, jamás han faltado; incluso en nuestra Academia Nacional de Historia[1]- sino en su calculado direccionamiento hacia la porción del pueblo llano o iletrado; es decir, a aquellos que normalmente no tomarían un libro de Historia en sus manos. El estilo de escritura es Pigna es ágil, sin dudas; algo más propio, a decir verdad, de novelistas que de historiadores. El problema es que estos Best Sellers se presentan como manuales insustituibles de Historia. Hoy, el común denominador de la gente los toma como referentes, citándolos sin pausa. Y no se trata solo de hombres crecidos, sino de niños, adolescentes y jóvenes universitarios. Salvo por los directamente panfletarios, no se tiene recuerdo de autores tan reñidos con la investigación científica como Galeano[2] y Pigna.
          Hábiles desarrolladores de falacias, han echado mano a todos los recursos sofísticos útiles a su objeto; algunos de los cuales ya hemos enunciado.

             El título elegido para éste apartado no es arbitrario sino necesario y ampliamente fundado. ¿Responde Pigna, directa o indirectamente, a intereses británicos? Es claro que así es, pues, según enseñanza evangélica, lo que no siembra desparrama. Demos algunos ejemplos probatorios o, cuanto menos, sugestivos de ello.
Todos conocemos la fascinación de Pigna por Mariano Moreno, y la dedicación que ha puesto en salvar a éste personaje de la merecida ignominia en la que se encuentra sepultado -llegándolo a llamar el primer arquitecto de la idea de nación-. Haciendo un poco de memoria, recordemos brevemente que, como es sabido, Mariano Moreno –al igual que Rivadavia- fue desembozado y activo agente de los intereses británicos en el Río de la Plata (José María Rosa lo llamó ¨abogado de los intereses británicos¨)[3]. ¿Quién fue realmente este prócer pignista y jacobino?

            Digamos, por lo pronto, que fue Moreno quien ordenó el fusilamiento de aquel patriota cabal que fue don Santiago de Liniers, sirviéndose para ello nada menos que de cincuenta soldados ingleses. La impiedad y crueldad de Moreno encontró, naturalmente, gran oposición en patriotas viriles como Manuel Belgrano, que se negaban a acatar las medidas terroristas de éste, que, entre otras criminalidades, ordenaba, el 22 de septiembre de 1810, arcabucear a todos los sospechosos vecinos del Paraguay y matar al Obispo y al Gobernador. El 29 de septiembre, ratificando anterior misiva, decía a Belgrano que ¨la junta no deja lugar a la compasión o a la sensibilidad (…) ¨. A Castelli le encomendó que dejara a sus soldados hacer ¨estragos con los vencidos para infundir terror en los enemigos¨, ordenando el 18 de noviembre de ese mismo año que ¨pasara por las armas irremisiblemente¨ a todos los disidentes. La semblanza de este soldado robespierrano ha sido trazada por historiadores de fuste y de todo signo, como Enrique Díaz Araujo[4] e incluso otros insospechados de hispanofilia como Ramos Mejía y Vicente Fidel López, quien lo define como un ¨carácter detestable, hombre cortado por el molde de los más furiosos guillotinadotes de la Revolución Francesa¨.

             Curioso resulta, asimismo, que Pigna, cual indigenista, no condene en forma terminante y tajante a aquel intenso odiador de indios y gauchos que se llamó Domingo Faustino Sarmiento. Aquel que, en misiva a Mitre, le aconsejaba: "No trate de economizar sangre de gauchos. Éste es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla, incivil, bárbara y ruda es lo único que tienen de seres humanos". El mismo Pacho O´Donnell reconoce que: ¨Sarmiento estaba convencido de que no se podía construir un país a la europea, que era lo que él entendía por "civilización", con los orilleros, los indios, los gauchos, los mulatos, que eran los reales pobladores de nuestro territorio. La gran incógnita de Sarmiento era cómo deshacerse de esa "chusma"[5]. La falsa dialéctica sarmientina de civilización o barbarie, sabemos, vinculaba a los primeros con los estadounidenses y británicos y a los segundos con los indios, gauchos y criollos. No obstante, nuestro Felipillo considera a Sarmiento como el educador por antonomasia y ¨uno de los grandes pensadores de la argentina¨[6].

jueves, 17 de abril de 2014

¡Llamadme Hijo de Hidalgo!

Por el Lic. Andrés Irasuste



            (...) ¿quién era en verdad Lenin, seudónimo de Vladimir Ilich Ulianov? ¿Cuáles eran realmente sus orígenes familiares y su extracción socio-económica? ¿Se trataba de un hombre de orígenes modestos, como se diría en el período stalinista? ¿Era el hijo de un humilde campesino como enunciaría Apfelbaum en un panfleto propagandístico de masiva distribución en el momento en que la muerte del líder se aproximaba? En dicho panfleto Lenin aparecía como el "elegido entre millones por la gracia de Dios" para liberar a los obreros de sus destinos. (Figes, 2000, pág. 687).
El padre de Ulianov fue profesor de física y matemáticas que devino formalmente un aristócrata, gracias a la adquisición de un título nobiliario en su puesto de director general de escuelas en Simbirsk (Priestland, 2010, pág. 89), factor que permitía que fuera tratado como "su excelencia". De su madre, mujer de ascendencia germana culta (y que sabía tocar el piano), aprendió a hablar en varias lenguas. Simbirsk, hoy denominada Ulianovsk en honor a Vladimir Ulianov, si bien es un pueblo provinciano ruso de la región del Volga, es un centro cultural interesante, incluso en tiempos de su figura epónima. El pequeño y luego joven Ulianov (nacido en 1870), creció tranquilo en el seno de un grupo familiar acomodado (lo cual no equivale a decir que se trató de una vida excesivamente opulenta), y que nada poseía de subversivo, a excepción de su hermano, que ya hemos mencionado. De niño era un pequeño escarnecedor con sus compañeros que se deleitaba en la burla y en las reiteradas muestras de astucia.
                Vladimir Ulianov poseía pluralidad de ascendencia étnica: rusa, alemana, sueca y calmuca (ésta última denotada en los sutiles rasgos mongoles de su rostro, fusionados con un porte de elegancia teutónica). También tenía esta otra ascendencia: la judía, (a través del padre de su madre). En los años del stalinismo, la ascendencia judía de Vladimir Ulianov fue deliberadamente ocultada por las autoridades del régimen (Figes, 2000, pág. 182). En sus años académicos fue un excelente estudiante. Era estudioso de los clásicos, así como un estudiante de comportamiento moralmente muy adecuado y disciplinado que gustaba de la música clásica, y que hasta la ya bien entrada adolescencia fue creyente y religioso.
                Su identidad psicológica no era ciertamente la de un paria: el joven Vladimir gustaba en decirse a sí mismo "hijo de hidalgo", o firmar como "noble heredero Vladimir Ulianov". Solía hablar y criticar al "idiota ruso" (en referencia a las turbas campesinas del pueblo). Nunca confió en las masas y en su potencial (tal como veremos en su momento), a quienes -podemos suponer- consideraba la mersa de la sociedad. En sus años mozos solía vivir de las rentas de las propiedades de su madre, al mismo tiempo que producía textos condenando el "capitalismo nobiliario" (Figes, 2000, págs. 182-183). Figes nos cuenta que incluso, durante la hambruna rusa del año 1891, los campesinos causaron daños a su hacienda familiar (suponemos que en busca de alimentos o bienes para ser revendidos), y Ulianov hubo de denunciarlos y demandarlos ante las autoridades zaristas, lo cual significaba el castigo seguro o incluso la condena a muerte de estos desventurados. Ulianov adoptó el seudónimo "Lenin" luego de 1900, término que se deriva del río Lena, próximo a Siberia, donde estuvo desterrado (aunque en condiciones nada denigrantes por ser hijo de un noble, pudiendo dedicarse allí incluso cómodamente a la lectura y el estudio). Antes, utilizaba apodos como "Tulin", vinculado al nombre de la ciudad de Tula. La utilización de seudónimos, como se infiere por el respectivo contexto, era una estrategia para eludir a la policía del régimen zarista.
Aquí reproducimos un artículo muy interesante y clarificador de  Juan Carlos Monedero (h) sobre la teoría evolucionista

La teoría evolucionista
y la creación del hombre


Análisis del conocido fragmento 29
de la encíclica Humani Generis de Pío XII

Por Juan Carlos Monedero (h)
Bachiller en Filosofía (UNSTA)
07.04.2014

Quienes hayan pasado algún tiempo por las carreras de Filosofía y Teología en las universidades o profesorados católicos podrán fácilmente advertir lo siguiente: no son pocos los que sostienen una posible compatibilidad entre la doctrina de la Iglesia y alguna forma –quizá atenuada– de evolución. Tal opinión circula en las cátedras pero también en ciertas conferencias, textos y artículos en torno al tema de la creación del hombre. Escucharemos hablar de evolucionismo católico, cristiano, teísta, moderado, etc. Si “rascamos” un poco más, veremos que todos aquellos que la defienden se remontan –invariablemente– a un documento del Papa Pío XII: la encíclica Humani Generis, 1950. ¿Qué hay de ésto?
Lo que escuchamos sobre el tema probablemente nos confunda. Sobre todo, porque por lo general todo contacto que tenemos con posturas evolucionistas está signado por la crítica de la fe católica, el desprecio del relato del Génesis y la pretendida ridiculización de la verdades elementales de nuestra religión. En fin, una conciliación entre estas dos posiciones resulta, a primera vista, imposible. De ahí que nos veamos obligados a hacer varias preguntas, en este orden: desde la más osada a la más sutil.

– ¿La Iglesia acepta la doctrina de la evolución?
– ¿La Iglesia cree en la evolución del cuerpo del hombre?
– ¿La Iglesia no condena la afirmación de que el cuerpo del hombre –no su alma– evoluciona?
– ¿La Iglesia acepta la posibilidad de una evolución del cuerpo del hombre, guiada por Dios?

Análisis

Abramos la precitada Humani Generis, año 1950, párrafo 29 y disipemos las dudas:

el Magisterio de la Iglesia no prohíbe el que —según el estado actual de las ciencias y la teología— en las investigaciones y disputas, entre los hombres más competentes de entrambos campos, sea objeto de estudio la doctrina del evolucionismo, en cuanto busca el origen del cuerpo humano en una materia viva preexistente —pero la fe católica manda defender que las almas son creadas inmediatamente por Dios—.

            Es importante señalar varias cosas. En primer lugar, es evidente que esta “no prohibición” de estudiar la doctrina del evolucionismo guarda relación con la situación de las ciencias y la teología en ese momento. Es decir, está relacionada con algo mutable como es el perfeccionamiento del conocimiento, tanto científico-experimental como teológico. Entre guiones (—según el estado actual de las ciencias y la teología—) aparece un modificador de modalidad: manifiesta el grado de adhesión del hablante con lo que dice, siendo evidente que no se trata de una adhesión incondicional. Por lo tanto, el progreso de estas disciplinas podría modificar esta permisión. No se puede descuidar el factor tiempo ya que han pasado 64 años.
El Papa, pues, deja “abierta la puerta” al estudio. Pío XII permite la actividad intelectual sobre un tema; no está afirmando algo sobre ese tema. Simplemente, deja manos libres a la investigación, condicionada por ciertos requisitos; pero tal permisión –y aquí está la clave– está vinculada al grado de conocimiento propio de la época en que se publicó esta encíclica. Por lo tanto, ¡la permisión no guarda relación respecto de una eventual compatibilidad entre evolucionismo y fe!
Si leemos con atención, advertiremos que el Papa –en el fragmento que venimos comentando– no está afirmando conceptualmente nada. Se trata de una decisión prudencial, no de un juicio teorético.
            Sigamos leyendo:

Mas todo ello ha de hacerse de manera que las razones de una y otra opinión —es decir la defensora y la contraria al evolucionismo— sean examinadas y juzgadas seria, moderada y templadamente; y con tal que todos se muestren dispuestos a someterse al juicio de la Iglesia, a quien Cristo confirió el encargo de interpretar auténticamente las Sagradas Escrituras y defender los dogmas de la fe.

Todos –así lo esperamos– somos fieles al juicio de la Iglesia; al juicio de su palabra magisterial. Palabra magisterial que –muy importante– constituye expresión oficial, que no es lo mismo que palabra pública: todo lo magisterial es público pero no todo lo público es magisterial.
El texto continúa y leemos:

Pero algunos traspasan esta libertad de discusión, obrando como si el origen del cuerpo humano de una materia viva preexistente fuese ya absolutamente cierto y demostrado por los datos e indicios hasta el presente hallados y por los raciocinios en ellos fundados; y ello, como si nada hubiese en las fuentes de la revelación que exija la máxima moderación y cautela en esta materia.
Históricas
EL ENCANTO DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

Por Cristián Rodrigo Iturralde



 

Los aztecas ostentan tres tristísimos y lamentables récords históricos que tal vez solo puedan disputarle los comunistas con sus cien millones de ejecutados en setenta años de historia.

El primero de ellos corresponde a la cantidad de víctimas logradas en el transcurso de dos siglos, el segundo a las logradas en solamente cuatro días, y el tercero se refiere a la inmensa cantidad de niños ejecutados.

Conviene aclarar que la arqueología, la antropología y la etnología moderna se han encargado de confirmar todo cuanto decimos y aseveraron los cronistas americanos.  La ciencia ha hablado, y ya no hay lugar para presunciones o debates ideológicos.

RECORD NÚMERO 1: MAYOR CANTIDAD DE EJECUCIONES EN DOS SIGLOS

La cantidad de víctimas variaba mucho de acuerdo con la importancia de la ciudad, del pueblo y de la festividad elegida para el ritual.  Fray Juan de Zumarraga y Francisco Clavijero, en 1531, dan cuenta de que sólo en la ciudad de México se sacrifican a los ídolos más de veinte mil víctimas al año.

Fray Juan de Torquemada ubica el numero de asesinados en todo el país por año en 72.244, incluidos veinte mil niños.

El historiador mexicano, el Padre Cuevas, asegura que el número de sacrificios en lo que fue Nueva España, era de cien mil seres humanos cada año.

Varios autores citados por Gomara hablan de cincuenta mil.  Tanto Acosta como Herrera aseguran que había días en que llegaban a matarse entre cinco mil y veinte mil personas por día.

Motolinia, describiendo la fiesta del año de Tlascallan, dice que se sacrificaban ochocientos hombres en la ciudad y en la provincia.  Francisco Antonio de Lorenzana dice que en Cholula se sacrificaban seis mil niños por año.

Por su parte, Diego Duran, desde su “Historia de las Indias”, después de describir las ceremonias de la coronación de Moctezuma y los sacrificios, dice: “había días de dos mil, tres mil sacrificados, y días de ocho mil, y otros cinco mil, la cual carne se comían, y hacían fiesta con ella, después de haber ofrecido el corazón al demonio”.

Fray Pedro Simón en su “Historia de la guerra de los indios Pijaos, indígenas de Tierra Firme”, calcula que desde la fundación del Estado azteca (1325) hasta su ocupación por las tropas de Cortés (1521) se cuentan por millones —a lo largo de dos siglos— las víctimas inmoladas a estas divinidades.
Análisis
LA DÉCADA GANADA

Por Cristián Rodrigo Iturralde




ENTRONIZACIÓN

Y en un día típicamente peronista del año 2003, de irascibles nubarrones porteños e irresistibles aromas parrilleros y chimichurrescos; en medio de un piquete y de una manifestación por los derechos humanos de las ardillas veganas, y luego del correspondiente juramento sobre la Sacra Constitución, asumían finalmente ÉL y ELLA como últimos mandatarios de la otrora República Argentina y sus posesiones —particulares— continentales y de ultramar. Esto es, suntuosas mansiones, tierras y cuentas en Suiza, Estados Unidos y en la Patagonia Argentina.

Pronto, el azul turquí del pabellón nacional se tornaría rojo.


LO POSITIVO DE LA EXPERIENCIA KIRCHNERISTA

Dejando la representación de la realidad en clave de sorna, hay que convenir en que, mirado y analizado el cuadro en profundidad y conjunto,el kirchnerismo ha prestado un servicio invaluable a la Nación: ha hecho pensar y repensar seriamente a no pocos ciudadanos sobre la legitimidad y la conveniencia de un sistema que hasta entonces tenían por dogma.

Nos referimos, claro, a la Democracia. Y no es, claro, que los predecesores de los Kirchner en la silla bernardina no hayan hecho méritos suficientes por despertar a la ciudadanía del ensueño idílico democrático. ¡Vaya si los hicieron! Pero sin dudas nadie ha reflejado más nítidamente el totalitarismo democrático que los acólitos del terrorismo camporista. Al menos ahora —logro nada desdeñable, considerando treinta años de un avasallador proceso de hipnosis y lobotomía—, no son pocos quienes, despertados parcialmente del extenso letargo, plantean la pregunta que obligadamente sucede a esta clase de desvelados: “Si no la democracia, ¿qué?” Es un comienzo…

En hombres de buena voluntad y con disposición a la estudiosidad y a la búsqueda de la verdad, la respuesta debería conducir indefectiblemente a un nuevo y saludable interrogante: ¿Existen otros regímenes de gobierno que sean legítimos y eficientes a la vez? Una vez aquí there is no way out;ergo, no quedará más remedio que recurrir a las fuentes, y será allí que recibirán el aleccionador baldazo de agua fría —a la vez sabrosa y despabilante— de la sabiduría helénica y tomista. Será allí que caerán en cuenta de que el cuestionamiento y rechazo a la democracia como sistema de gobierno no es un invento ni una actitud propiamente nazifascista,sino la lógica conclusión seguida del estudio imparcial de la evidencia empírica y aún del más elemental sentido común. Quedará clara la primera lección: la democracia no es un sistema de gobierno lícito sino la forma degenerada de República.

Si alguien creyera que esta desconfianza hacia la democracia sólo existe en los oficialmente descalificados sectores constituyentes, se equivocaría. Es un descontento hecho vox populi, que se ha apoderado de la población llana y laboriosa, aunque la misma no sepa ni tenga por qué saber cómo expresarlo en término filosóficos. Si no nos cree, recurramos a la numerología, disciplina hecha ciencia y dogma, precisamente por la democracia.
Recomendamos vivamente el programa La Brujula, emitido semanalmente por TLV1





Entrevista sobre la Inquisición, el tribunal mas justo de la historia, a cargo de Lic. Soaje Pinto, Juan Manuel


Entrevista sobre el libro 1492: Fin de la barbarie y comienzo de la civilización en América, por el Dr. Hugo Verdera



           
     El Libro Negro del INADI
o
 La Policía del Pensamiento

Por Cristián Rodrigo Iturralde



       "Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato", advertía el Cardenal Richard Cushing en 1959, refiriéndose al dictador Fidel Castro, en el marco de la expropiación de fondos de la Iglesia por parte de la naciente revolución cubana que ya perfilaba su clara condición comunista. Sucede a veces, que el espesor de la iniquidad y la inmoralidad es tan grotesco, que resulta increíble, confundiendo a algunos de tal forma que rehúsan luego a creerla o bien terminan por pensar lo contrario. Así, algunos, ingenuamente, creían ver en aquellos levantamientos anticapitalistas una revolución restauradora, muy a pesar de todo indicio y evidencia que indicaba lo contrario.

            La sabiduría, es claro, no urge necesariamente de ropajes retóricos o intelectuales para poder expresarse con precisión y holgura. Cuando conocido dicho popular recomienda taxativamente ¨no pedirle peras al olmo¨, actúa también advirtiendo una realidad empírica y científica, declarando en forma sencilla, y a todos inteligible, un principio de orden práctico válido e imperativo, aplicable y seguido por los pueblos salubres y todas las grandes civilizaciones de la historia. Máxime en asuntos tan caros a nuestra sociedad como la política y la defensa de los DD.HH. No obstante, tal sapiencial y elemental consejo ha sido desoído cómplicemente por hombres de toda talladura.

           A nadie deberá sorprender, por tanto, encontrar al INADI, sus funcionarios y socios, envueltos directa y desembozadamente en casos de corrupción, evasión fiscal, robo, intentos de homicidio, asesinatos, terrorismo, infanticidios, trata de personas, proxenetismo, narcotráfico, drogadicción, secuestros, arbitrariedades, persecución institucional, política, ideológica y religiosa, discriminación, campañas de difamación, operativos de desinformación, enfrentamientos callejeros, violencia inaudita, insultos, despidos, borocoteadas y lubertinadas, etc. Pues no puédese omitir a este propósito el hecho sustancial de que el mentado organismo y sus titulares son creaturas, muy particularmente, de Horacio Verbitzky y Nestor Kirchner; el uno ex líder terrorista y el otro notorio corrupto y fratricida social. A ellos hay que sumar una obsecuente pleyade de laderos de símil estatura moral, como Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto, Eugenio Zaffaroni, Oyarbide, Isaac Jacobo Grossman y Eduardo Luis Duhalde, entre tantos otros.

Otros puñales mortales


Otros puñales mortales
Desnudando falacias democráticas


Por Cristián Rodrigo Iturralde


             En número anterior, referíamos en esta columna tres estocadas mortales inflingidas sobre el corazón mismo de la credibilidad del sistema democrático. Creemos que los mentados asestes son suficientes para desnudar íntimamente la falacia Madre - invocada ad nauseam-, según la cual con la democracia se come, se educa y se cura. Empero, lo que agudiza la gravedad del cuadro clínico –y cínico- del régimen no es tanto el desembozado incumplimiento de sus variopintas promesas referidas a la reducción de los índices de pobreza, de las desigualdades sociales y de la corrupción, sino el haberlos incrementado como nunca antes en la historia nacional.
             Aun los hay, sin embargo, quienes obcecadamente insisten en sostener que las heridas de marras propinadas a la verosimilitud del sistema democrático no revisten carácter mortal y que, por tanto, sanará, indefectiblemente, en algún momento. Tratamos aquí, es claro, con un optimismo ingenuo y dañino, insostenible desde toda óptica, pues adolece de toda macula de realidad y raciocinio. Este absurdo fue abordado y denunciado ya oportuna y premonitoriamente por Lugones hace algo más de siete décadas: ¨La fe en la democracia presupone la realidad del progreso indefinido, pues afirma que el sistema liberal o doctrina política de aquel nombre, es bueno y practicable aunque nunca se haya podido practicar por haber sido malos hasta hoy los hombres que lo practican; con lo cual bastará que sigan practicándolo malamente, para que se acaben por practicarlo bien, lo cual equivale a transformarse, así, de malos en buenos[1] (…)Mientras tanto, lejos de perfeccionarse, la democracia tórnase más defectuosa cada vez, y el progreso indefinido yace en el panteón de las hipótesis archivadas¨.
             
             Dicho esto, conviene ahora referirnos a otra falacia extendida urbi et orbi consistente en señalar al sistema partidocrático como fuente/recurso efectivo y transparente de participación popular. Procedamos ahora, entonces, a enumerar algunos de los serios –y difícilmente superables- obstáculos y subterfugios que deberá sortear todo venturoso sufragista a fuer de hacer valer su voluntad en las acartonadas arquetas del régimen.